LAS ORDENES

LAS ORDENES


Al perro hay que tratarle con firmeza, con seguridad, demostrarle en cada gesto que el que manda es el dueño. Las órdenes se pueden dar con firmeza, pero si no tenemos el convencimiento total de lo que estamos haciendo, y nosotros no creemos que vamos a obtener el resultado deseado, así ocurrirá. El perro no razona, se guía por la pureza del instinto, y eso le puede dar más sabiduría y conocimiento de lo que nosotros podamos  imaginar.

Es necesario mostrar al perro la respuesta que queremos que repita para así hacerle entender cuál es la salida correcta al planteamiento que le exponemos, es decir, hacer que realice lo que nosotros le mandemos para que una vez consigamos la respuesta que queremos recompensar. De esa manera el perro habrá entendido donde está el refuerzo positivo a la orden que le hemos dado.

Él es capaz de hacer lo que le pedimos,  pero de la misma manera puede hacer justo lo contrario, y no hacernos caso, puede ser un especialista y haber aprendido montones de recursos para eludir nuestras ordenes. ¿Por qué entonces si sabe que no lo está haciendo bien, no lo hace como nosotros demandamos?, sencillo, quiere atención constante del dueño, como si de un niño se tratase. Se vuelven mimados e insolentes. Pero ese mismo perro en manos de una persona que le pone las cosas claras desde el comienzo, aceptará lo que esa persona le reclame. La misma orden de “sienta” la hará, mientras que con el dueño que le tiene tomada la medida no la realizará.

Pequeños consejos:

- No mezclar ordenes, si estamos mandando al perro “sienta”, a la vez no podemos decir, “quieto, tumba…”.
- A veces puede ocurrir que la misma orden la repetimos una y otra vez hasta convertir la orden en una frase. No por repetir igualmente la orden el perro nos hará caso. Si vemos que a la primera vez no funciona, a la segunda ya debemos cambiar el tono de voz o hacer cualquier otra estrategia para que nos obedezca.
- El nerviosismo va en nuestra contra, la calma y la confianza deben ser siempre nuestros aliados. No por tener calma significa que nuestro tono de voz tenga que ser débil, siempre debe tener seguridad y contundencia.
- Si queremos que nuestro perro obedezca y esté pendiente de nosotros, somos nosotros quien debemos dar ejemplo,  tenemos que estar constantemente pendiente de él, sabemos que eso requiere mucha concentración hasta que se vuelve un hábito y viene solo, así podremos en un futuro pasear con nuestro perro sin tirones, que nos acompañe al lado, o que nos obedezca en la llamada y a la vez disfrutar del paseo y contemplación de la Naturaleza.

Resumiendo, la clave fundamental y básica para que un perro esté adiestrado y sepa los conceptos básicos, está en los dueños. Ellos tienen que tener la seguridad y el convencimiento de lo que se hace. En un principio puede haber confusión, ya que no siempre que se tiene un perro se sabe cómo  tratarlo.  Es básico tener claro de que un perro es un animal al que hay que enseñar y educar, pero sabiendo que no le podemos tratar como a un niño, aunque se comporte como tal. En el caso que no tengamos el conocimiento de cómo tratar a nuestro perro, se aconseja buscar un buen adiestrador canino que nos enfoque y oriente en el adiestramiento de nuestro perro.