PERROS Y MIEDOS

PERROS Y MIEDOS


A veces queremos mucho y sabemos poco. Pensamos que nuestra nueva mascota es una prolongación de la familia, que lo es, pero no nos confundamos, no es un ser humano, es un perro. Un perro es un animal de otra raza, por lo tanto no cometamos el gran error  de tratarle como a nuestro hijo.
Cuando nuestro hijo llora le acariciamos, cuando nuestro perro ladra por miedo y le acariciamos, le estamos fortaleciendo sus miedos. El perro piensa; “ah!! Estoy ladrando, tengo miedo y me acarician, debo seguir ladrando…”
De ahí que siempre debamos reforzar con una caricia cuando saquemos al perro de la circunstancia de miedo y el perro no esté ladrando ya, ahí es cuando le reforzamos con una caricia.
¿Qué hacer entonces para sacarlo de una situación conflictiva? La correa, no la olvidemos nunca, es nuestra prolongación y vínculo con nuestra mascota.
Pequeños tirones, e intentar que desvíe la atención de lo que le está provocando, no prestarle atención a su miedo, que nos vea indiferentes a lo que le está asustando. Si vuestro perro os ve seguros, él se va a tranquilizar. Así que su miedo se le haya pasado, le premiamos con una pequeña palmadita en el lomo y con un reforzamiento de voz “muy bien chico”. Eso bastará para ir reforzando la seguridad en el perro.